Las redes sociales, ¿un reflejo de la realidad?
El mundo que actualmente vivimos está condicionado a través de las redes sociales. Miles de personas de hermosos rostros, cuerpos esculturales y vidas perfectas llegan a tener miles de suscriptores que de una u otra manera los admiran. Las plataformas digitales estereotipan la imagen al punto de cuestionarnos ¿somos realmente genuinos o simplemente replicamos lo que vemos?
Según una estadística realizada por Brandwatch solo en Instagram existen 800 millones de usuarios activos y se suben alrededor de 95 millones de fotos al día; mismas fotografías que no tienen particularidad, cada una es el reflejo de la otra: selfies con la misma pose, la taza de café con el libro a un lado, la foto de la mascota haciendo algo gracioso, la lista es interminable. Tomando en cuenta que el 90% de los usuarios de Instagram son menores de 35 años y 4 de cada 10 personas adaptan sus fotografías para tener likes, la cultura digital transformó la vida de todos despojándolos de la singularidad.
Pero, no todo es tan malo de la misma forma en que se observa una ola de “moda” y “prototipo de vida” existe algo que nos despoja del entramado grupal en el que nos encontramos y es la esencia e identidad individual de cada ser humano. Puedes replicar posturas y gestos, sin embargo, esto no significa que haces algo mal o eres mala persona, simplemente adoptas ciertos factores externos que te hacen feliz y te ayudan a sentirte cómodo en tu entorno.
Dejar de cuestionarnos si algo nos hace bien marca la diferencia. A lo que voy es sencillo, las redes sociales pueden tener similitud una con la otra, estamos en plena era digital y está en nuestras manos aprovechar el alcance que cada uno tiene para generar cambios positivos en pro de una sociedad más justa e igualitaria donde se respete cada pensamiento diferente.
Por: Stefany Cisneros